Dios, hay una contradicción en mi vida (en realidad hay millones, pero una es muuuy importante). Quiero dejar de verte, así puedo sacarte de mi cabeza y volver a la relación amistosa que alguna vez tuvimos. Pero a la vez, no puedo vivir sin vos y no puedo apartarte ni un segundo de mi mente.
Vos no me la hacés fácil tampoco. Me encanta que me llames, pero desearía que no lo hicieras más, amo recibir tus mensajes de la nada, pero quisiera que ya no me escribieras. Ayudame a sacarte de mi cerebro, o sino rompeme la boca de un beso y ahí vemos cómo sigue la cosa.
No puedo apartarme de vos, pero si no lo hago voy a terminar destruyéndome a mí y a nuestra amistad.
¿Por qué te quiero tanto tanto tanto?
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